Contrabandistas de gasolina, poderosa mafia que se farolea por todo el país

¿Quiénes están detrás de esta actividad? ¿Por qué no se ha podido cerrar esta brecha que ha provocado un derramamiento de sangre por años? Con este dinero hasta un gobernador en La Guajira llegó al poder. ¿Qué tan poderosos son estos contrabandistas? Las autoridades colombianas es poco lo que han hecho al respecto.

JUSTICIA

Lunes 26 de noviembre del 2018

Este domingo se supo del inhumano y demencial ataque del que fue objeto un camión de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), le prendieron fuego en Maicao, Guajira. Los responsables de este hecho, han dicho las autoridades, fueron los contrabandistas de gasolina.

En este ataque, confirmó el coronel Henry Sandoval, comandante de Policía de esa región, resultaron con quemaduras dos uniformados porque no pudieron abandonar el automotor mientras ardía en llamas. Hasta el momento solo se sabe de la captura de un menor de edad.

El presidente Iván Duque salió a las redes sociales a rechazar el hecho y sentenció que “la orden de la Fuerza Pública es combatir con firmeza a los delincuentes”.

El presidente Iván Duque rechazó el ataque de los contrabandistas de gasolina a un camión de la Policía Fiscal y Aduanera.

¿La severa realidad de este maligno negocio?

Pero vale la pena hacer una radiografía de este otro frente de la delincuencia, la de los contrabandistas de gasolina,  en el que se encuentran involucrados policías retirados, miembros de la Guardia de Venezuela,  gente del común y hasta políticos colombianos.  Una mafia, que no solo tuvo la osadía de atentar contra la vida de dos policías y contra un bien del Estado, también lo han hecho contra componentes de las Fuerzas Militares, y sin contar con la larga lista de muertos, de civiles,  que ya tienen en su haber.

Se habla que este ‘negocio’ deja ganancias que superan los 3.000 millones de pesos mensuales. A través de la línea fronteriza,  y amparados de la oscuridad de la noche, los habitantes de La Guajira ya están acostumbrando al paso de caravanas de camiones cargados de combustible provenientes del vecino país por pasos de herraduras conocidos como El Limón, La Majayura y la Sabana. Estos caminos se han pisado y removido con el peso de la carga de los camiones cisterna, y jaulas con barriles. Estas trochas no son para nada intervenidas, los contrabandistas las dejan en mal estado, empantanadas,  para que se les haga más difícil el patrullaje de las autoridades.

Pero este panorama se repite en otras regiones fronterizas como en Norte de Santander, Arauca, Guainía y Vichada.

El contrabando se alimenta del hecho de que en Venezuela se puede comprar la gasolina más barata del mundo, se dice que con 3.500 pesos colombianos se pueden comprar hasta un millón de litros del combustible, lo que no deja de ser un negocio atractivo para los delincuentes. La gasolina es comprada en las mismas estaciones de servicio venezolanas, porque lo hacen a la vista de todas las personas de las provincias de la Paz, Concepción y Santa Cruz de Mara en el Estado de Zulia. Entonces, por qué el control no se hace en los mismos dispensadores, allá en Venezuela por las autoridades de ese país. Simplemente, porque en este ilícito también están los del llamado ‘Cartel de los Soles’.

Un día antes del ataque al camión con policías de la Polfa, el pasado fin de semana,  un total de 15 camiones, repletos del combustible, fueron incendiados y se habla de tres personas muertas, entre ellas dos militares de la Guardia venezolana.  De acuerdo con la denuncia que elevó José David González, representante de una ONG de Derechos Humanos de indígenas de la región, este hecho ocurrió cuando la fila de camiones se internaba a territorio colombiano desde el Estado Zulia hacia Paraguachón, Colombia.  Hubo una fuerte explosión y hasta un cruce de disparos que dejó a varios heridos que fueron llevados al Hospital de Maicao.

Es una cruda realidad. Pero lo neurálgico del asunto es que la gasolina no solo es traída a Colombia para ser vendida por pimpinas en las carreteras de la Costa o para ser almacenada –una bomba de tiempo– en fincas o casas de los pueblos guajiros, también es trasladada al interior del país para surtir a varias estaciones de servicio.

Por trochas es movilizada la gasolina de contrabando desde Venezuela. Este camión tipo jaula es utilizado para el movimiento ilícito.

De acuerdo con las investigaciones en el propio Maicao hay cinco bombas dispensadoras que venden gasolina de contrabando.

En La Guajira se habla de que este negocio ilícito es manejado por familias poderosas de la región, que hace varios años estuvieron metidas en el negocio de la sal marina, pero que mutaron a esta actividad debido a los altos márgenes de utilidad que produce.

En este movimiento millonario, dice una reciente investigación,  se habla de la participación de un coronel retirado de la Policía, que se encarga de mover gigantescos volúmenes del combustible hacia el interior del país, que a pesar de haber sido nombrado en un expediente por este ilícito continúa a sus anchas manejando sus negocios.

Detrás de este oficio  estuvo Marcos de Jesús Figueroa García, alias Marquitos, y su organización criminal a la que denominaban el ‘Cartel del Contrabando’, hoy preso en la cárcel de Picaleña, en el Tolima. ‘Marquitos’ salió de circulación desde el 2014 cuando se produjo su captura. De este negocio se nutrieron campañas políticas como las de Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez Cerchar, exgobernador de La Guajira.

Era precisamente este ‘Cartel’ quien manejaba los hilos delictivos para contrarrestar el poder político de los adversarios de Gómez Cerchar, porque manteniéndose en el poder le permitía a ‘Marquitos’ y su gente sostener el negocio de la gasolina en los pueblos fronterizos.

Redacción Justicia

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