El colonial hotel ‘embrujado’ de Colombia
Qué lugar tan impresionante, en medio del verde paisaje. De este paraje son muchos los mitos que rodean a este vetusto hotel de arquitectura europea ‘La Casa del Salto del Tequendama’, que ahora funciona como museo, lo que cambió su nombre. Se encuentra en el municipio San Antonio del Tequendama, a unos 56 kilómetros de Bogotá, declarado como patrimonio natural de Colombia por el Ministerio de Ambiente.
CRÓNICAS
Sábado, 4 de abril del 2020
El Hotel del Salto está ubicado frente a un acantilado de frente a la majestuosa cascada, Salto del Tequendama, de arquitectura francesa. La caída de agua se eleva desde el cuello del precipicio hasta el antiguo hotel, que tiene un pasado que para muchos es de pánico.
De hecho por años ha sido el punto escogido por los desesperados que deciden acabar con sus días sin dejar rastro y la complicada circunstancia de ser encontrados en las turbulentas y espumosas aguas, es así que le han llamado ‘el hotel de los suicidas’. No existen cifras precisas que digan cuantas personas se quitaron la vida desde el que fue por años un deslucido hotel.
La historia cuenta que en 1923, una dorada década, por orden del entonces presidente, general Pedro Nel Ospina, fue el arquitecto Carlos Arturo Tapias quien construyó esta colonial casa, que después se convirtió en el hotel del Salto. Otros dicen que su construcción y diseño estuvo a cargo de un señor Pablo de la Cruz. Lo que sí se documenta es que se trató de una inversión de la empresa Ferrocarriles Nacionales.
Para esos años remotos se volvió en un atractivo turístico. Las familias de la selecta y aristocrática sociedad capitalina escogían este hospedaje para pasar temporadas. No obstante, el inmueble terminó abandonado por allá en 1990, para muchos porque el río fue contaminado con las aguas negras y se hicieron insoportables los olores que su cauce desprende.
En esta casa de arquitectura francesa tiene sus leyendas, hay quienes aseguran que aquí asusta una monja.
Un sitio encantado
Dicen que aquí asustan, que ha habido personas que han sido sorprendidas por fantasmas, del rostro pálido de una mujer vestida de velo. Las historias en torno a este tema precisan que es porque en el pasado siglo era casi que a diario que los afligidos por las penas y problemas personales elegían saltar desde aquí al abismo. Entonces, sus espíritus quedaban deambulando por el lugar. En algunos artículos periodísticos se asegura que este hotel está está “embrujado”, pero no pasa de ser leyenda.
El Salto del Tequendama es una cascada natural, situada al sur del municipio de Soacha en el Departamento de Cundinamarca.
Los sorprendentes escritos
Es mucho lo que se ha contado de este mítico lugar, hasta una escritora española escribió un libro en el que publica las entrevistas a personas que aseguran haber visto apariciones, además, el relato de algunas historias que aún quedan de los suicidas. Es más, uno de los habitantes de la región del Tequendama contó que aquí se mató una monja, que aparece y que habla con una voz apacible, que trata de traer un mensaje desde el más allá, al mundo de los vivos.
Su abandono fue por años hasta en el 2012 cuando surgió la iniciativa gubernamental de recuperarlo, de reestructurar la edificación de cinco pisos aferrada en el borde del barranco. Estas mejoras en la que participó una fundación y de estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, permitió que volviera a entrar en funcionamiento con un nuevo nombre: Casa Museo del Salto del Tequendama Biodiversidad y Cultura.
Pero lo que si no se pudo zarandear, porque parece estar empotradas en sus paredes, son las historias cargadas de lo mitológico, porque los que aquí van de visita terminan escuchando las espantables historias.
Redacción Especial
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