MinDefensa
Desde Venezuela ordenaron atentado contra el Presidente de Colombia, Iván Duque
22 julio, 2021
‘Destitución e inhabilidad por 18 años a exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado, queda en firme’: Consejo de Estado
22 julio, 2021

El peor momento del desastre económico cubano

Cuba

(Foto cortesía: Primerinforme)

El peor momento del desastre económico cubano

El pobre comportamiento de la economía castrista no tiene nada que ver con Estados Unidos.

INTERNACIONAL 

Jueves, 22 de julio del 2021

Fuente: Primerinforme

Cuba libre es, entre otras cosas, una muy recomendable serie documental que cuenta la historia de ese país desde la época colonial. La tesis principal es que lo que hoy es Cuba es consecuencia de una sucesión de conquistas extranjeras, anhelos de luchadores por la libertad e intrigas políticas por la Guerra Fría. Los títulos de sus episodios la reflejan muy bien: 1. Adiós a las cadenas, 2. Guerra y azúcar, 3. Paraíso de mafiosos, 4 . Una revolución dispar, 5. Forja de héroes, 6. De soviéticos y salvadores, 7. Secretos y sacrificios, y 8. Tiempos de transición. A pesar de ser de autoría norteamericana, el documental cuenta con numerosos testimonios de políticos y activistas castristas y un relato cercano al materialismo histórico: han sido las relaciones económicas y los modos de producción sociales los que han determinado la historia cubana reciente. También ilustra otra lección universal de la historia: cuando la política (mal entendida) trata de dictar sobre la economía solo cabe esperar el fracaso más absoluto.

Que Cuba debe figurar en la lista de desastres económicos recientes es algo controvertido (pero no mucho). Los indicadores habituales para medir el comportamiento económico de un país (por ejemplo, el PIB per cápita en paridad de poder adquisitivo) no han estado regularmente disponibles, sobre todo porque el régimen castrista no ha tenido el apetito o no ha sido capaz de producir las estadísticas necesarias para medirlos. Con este indicador de desarrollo económico, algunas estimaciones situaban a Cuba en 1950 en el séptimo puesto de las (30) economías latinoamericanas y en el puesto 28 en 2001 (solo por delante de Nicaragua y Haití). Según el Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (IDH-PNUD), en 2019 el PIB per cápita en dólares internacionales de Cuba fue de 8.621, el 21% del de España y, en América Latina, solo superior al de Guatemala, Bolivia, El Salvador, Venezuela, Honduras, Nicaragua y Haití.

No obstante, ese mismo informe coloca a Cuba entre los países de alto desarrollo humano (en el puesto 70 del ranking mundial). Esto se debe a que el IDH-PNUD incluye, además del PIB per cápita, otros dos indicadores: la esperanza de vida al nacer (como indicador de salud) y el número medio de años de escolarización (como indicador de desarrollo educativo). Según las estadísticas oficiales, en estos dos últimos indicadores Cuba se encuentra en una posición muy adelantada respecto a la mayoría de países de América Latina. Sin embargo, también estas estadísticas son poco fiables y hay indicios sólidos de que sobrestiman la calidad de los sistemas sanitario y educativo cubanos.

En cualquier caso, los dos factores principales que han condicionado el comportamiento económico de Cuba han sido la dependencia del exterior y la pésima gestión micro y macroeconómica. Tras los monocultivos del azúcar, tabaco, y casinos y clubs nocturnos para mayor diversión de los norteamericanos, llegaron, primero, la dependencia de los soviéticos y, después, del turismo europeo y del petróleo venezolano. En cuanto a la gestión económica, a pesar de los intentos de liberalización y reformas económicas de los últimos años, todavía casi 3 de cada 4 trabajadores cubanos son empleados públicos con unos sueldos ridículamente bajos si tenemos en cuenta el capital humano que adquieren en su excesivamente elogiado sistema educativo.

En políticas monetarias y cambiarias tampoco se pueden registrar aciertos. Es muy sintomático que Ernesto (Che) Guevara fuera gobernador del Banco Nacional de Cuba entre 1959 y 1961 y que dicho Banco no adquiriera una estructura medianamente moderna hasta 1995 con la creación del Banco Central de Cuba (la historia del nombramiento del Che es divertida: cuentan que Fidel Castro pidió un “economista dedicado” y el Che levantó la mano porque entendió que se necesitaba un “comunista dedicado”). El mantenimiento (¡hasta enero de 2021!) de un sistema dual de divisas, con un peso no convertible para gastos domésticos y otro convertible y con tipo de cambio fijo con respecto al dólar, acrecentó la dependencia exterior de la economía cubana.

Y no, esa dependencia exterior y el pobre comportamiento de la economía cubana no tiene nada que ver con el embargo comercial impuesto por Estados Unidos. A pesar del tendenciosamente llamado “bloqueo”, el mayor exportador de alimentos a Cuba es Estados Unidos y Cuba sigue enviando sus exportaciones (mucho menores que las que podrían ser) a Europa y China. La principal razón por la que Cuba tiene dificultades en su comercio exterior es la falta de divisas internacionales por un tipo de cambio fijo excesivamente elevado. Ahora, la eliminación del sistema dual cambiario, que era necesaria, ha llegado en el peor momento (las devaluaciones siempre llegan en el peor momento), justo cuando la disponibilidad de dólares y euros se redujo sustancialmente por la caída del turismo debida a la crisis del Covid-19 y por otro error político, el endurecimiento de las limitaciones a la llegada de remesas de emigrantes. Y todo esto se superpone a una crisis económica larvada desde 2016 por la pérdida de recursos asociados a la recepción de petróleo venezolano a cambio de vínculos políticos que recuerdan las intrigas de la Guerra Fría.

La caída de la URSS causó a principios de los 1990 la principal crisis económica en Cuba de la historia reciente. Ahora, las consecuencias de la pandemia pueden ser equiparables al colapso económico de entonces. En el corto plazo, Cuba necesitará ayuda internacional. En el medio y largo plazo, tratándose de un país rico en recursos naturales, con una localización geográfica envidiable y con una población supuestamente muy bien formada, debería tener un potencial de crecimiento económico elevado. Pero eso solo pasa por la implementación de verdaderas reformas que pongan como principal objetivo el bienestar de la población cubana y no una revolución fallida que solo sigue satisfaciendo a los nostálgicos más recalcitrantes.

Fuente: Primerinforme

Redacción Internacional 

Contáctenos al correo: elhomenoticias@gmail.com

Sigue nuestras publicaciones en el Twitter @elhomenoticias

en nuestro canal de Youtube EL HOME NOTICIAS

también en Instagram @elhomenoticias

EL HOME
EL HOME
Editor general El Home Noticias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Descargar Full