Se desploma la imagen del presidente de Rusia,  Vladimir Putin, es calificado como un ‘viejo enfermo’

Las cifras juegan en su contra, es este país el segundo en el mundo con más personas contagiadas, con más de 250 mil pacientes con coronavirus. Los comentarios que hace la prensa local reflejan su precaria situación, sobre todo por la severa crisis económica que se le viene encima.

INTERNACIONALES

Jueves, 14 de mayo del 2020.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin informó este jueves, que su país debe volver a sus actividades normales a su vida laboral.

Entre las medidas adoptadas para contrarrestar el COVID-19 los rusos llevan seis semanas en las que solo pueden realizar las actividades más necesarias. De hecho las empresas tenían que seguir pagando los sueldos a sus empleados para que permanecieran en casas.

 “Está en el interés de todos que la economía vuelva a la normalidad rápidamente”, manifestó Putin a través de la televisión local.

No obstantes, desde este 11 mayo Rusia se convirtió en el país con el mayor número de casos de personas contagiadas y de muertos por el coronavirus en un día.

La enfermedad golpeó al mismo gobierno, el ministro Mikhail Mishustin se encuentra hospitalizado al dar positivo para COVID-19.

Mishustin se convertía así en el quinto de los del alto gobierno que resultaba contagiado por el virus que hoy tiene en vilo a la economía mundial.

En medio de esta crisis apareció en el diario The Moscow Times que es traducido al inglés un editorial con una contundente observación de la realidad, lo firma Evan Gershkovich y dice en su titular:

“A medida que crece el contagio del coronavirus en Rusia, la imagen del hombre fuerte de Putin se debilita”.

Gershkovich precisa en este escrito que la imagen de Putin es cada día más débil, que solo tiene esporádicas apariciones en público, que lo hace para explicar el avance del coronavirus en su país, que ha tenido unos efectos devastadores.

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“El presidente abandonó su habitual imagen de líder fuerte durante la mayor parte del brote. Ha aparecido semanalmente en la televisión estatal en videoconferencias con el gabinete y funcionarios regionales, pero parece aburrido, recostado en su silla y jugando con un bolígrafo en lugar de prestar atención”, escribe  Gershkovich

Pero este no es la única opinión, con ella coincide la del científico y político ruso, Alexander Kynev, que la imagen del hombre fuerte de Rusia se está doblegando ante el coronavirus.

«Ya no parece un líder fuerte. Durante tantos años su carisma fue su bravuconería. Incluso si era un hijo de puta, era poderoso. Y esto le había hecho ganar el respeto incluso de aquellos que no estaban contentos con él. Ahora parece un lobo viejo y enfermo”, escribió Alexander Kynev.

A todo esto se le suma que Putin no pudo lograr el consenso nacional, no pudo unificar a su pueblo a su alrededor para batallar contra el COVID-19, situación diferente en los demás países del mundo, en los que sus mandatarios cuentan con el respaldo ciudadanos, sin importar los logros alcanzados frente a la mortal enfermedad.

Para concluir se debe decir que la situación de Rusia es hoy de total preocupación, porque los enfermos por el COVID aumentan de manera incontrolable, y los muertos en sorprendente proporción.

El índice de aprobación de Putin se desplomó en los últimos días a un 59 por ciento y con tendencia a la baja, que para el líder ruso señal de alarma teniendo en cuenta que su deseo es mantenerse en el poder. Es que para ello tiene que adelantar unas reformas constitucionales que lo estarían sosteniendo en el poder hasta el 2036. Las posibles reformas quedaron en un segundo plano, porque debe ocupar su tiempo en afrontar el peor de sus enemigos, el coronavirus.

Redacción Internacional

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