Alias Otoniel, estaba a punto de decretar la nueva ‘Guerra verde’, ordenó matar a los poderosos de las esmeraldas

El máximo cabecilla de la organización narcotraficante, Dairo Antonio Úsuga David, ordenó y ejecutó la muerte de dueños de minas y comerciantes de las valiosas gemas.

Unidad de Justicia

Lunes, 10 de enero del 2022

El máximo jefe de la organización narcotraficante el Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, no solo quiso adueñarse de todas las rutas del narcotráfico, las que se disputó con las FARC, sino que también intentó adueñarse del negocio de las esmeraldas.

Así se revela a través unos audios en los que se escucha su voz, los que están en poder de las autoridades, dando órdenes a sus sicarios de ‘quitar del camino’ a los poderosos empresarios de las gemas, esto para tener el absoluto control del millonario negocio.

En estas grabaciones se logra oír cómo alias Otoniel encomienda a sus pistoleros la misión de asesinar a reconocidos negociadores de las verdes piedras, que son sacadas de socavones, de las montañas de Cundinamarca y Boyacá.

“Que se pongan a la expectativa de comenzar a hacer la inteligencia para esas otras dos vueltas por allá (…). Bregar a ubicar a esas otras personas rápido y hay que meterle duro a eso, meterle duro a ese Llano y meterle duro a Bogotá también”, ordena Otoniel.

El primero en la mira del máximo cabecilla, cuando dice que hay que actuar en la capital, por tener su oficina al norte de esta ciudad,  era Jesús Hernando Sánchez, a quién personas vinculadas con la explotación y comercialización de las piedras denominan como ‘el nuevo zar de las esmeraldas’.

Sánchez fue en el pasado uno de los hombres más cercanos al desaparecido primer Zar de las esmeraldas, Víctor Carranza. Además, fue uno de los que denunció a las primeras FARC de la intención que tenían de matarlo.

Sánchez, poderoso esmeraldero, fue atacado a tiros el 10 de octubre del 2012. Un sicario entró hasta un almacén de ropa del norte de Bogotá en donde el empresario se disponía a comprar una chaqueta y a sangre fría le propinó 11 disparos a quemarropa. Las balas le provocaron graves heridas que lo mantuvieron en coma al menos dos meses, pero salió del peligro, sobrevivió y fue sometido a 17 cirugías, varias de estas reconstructivas sobre todo en buena parte de su rostro.

Por este caso fue privado de la libertad otro de los ‘duros’ del negocio, Horacio de Jesús Triana Romero, a quien la Fiscalía General de la Nación  acusó de ser el autor intelectual del atentado contra Sánchez.

Lo que no se sabía, y lo puso en evidencia las grabaciones, es que el llamado ‘Nuevo Zar de las esmeraldas fuese declarado como objetivo de muerte por alias Otoniel. En la grabación quedó registrada la macabra intención del capo narcotraficante, la de su asesinato.

Recordemos que en mayo del 2021 uno de los hombres más cercanos de Sánchez fue asesinado al interior de un parqueadero del Centro de Bogotá. Un sicario acabó con su vida a tiros, a plena luz del día. Ocurrió en un concurrido sector universitario, denominada como la zona de esmeralderos, porque se reúnen los comerciantes del mineral.

Se ha dicho que esta persona víctima del sicariato fue clave para la DEA, porque con su testimonio se logró la judicialización y entrega a la Corte Federal de Fort Lauderdale, en Florida, de Pedro Nel Rincón Castillo, alias Pedro Orejas.

Este confeso narcotraficante fue extraditado a los Estados Unidos en septiembre del 2018 y ante este tribunal dio su declaración de su responsabilidad en el tráfico de estupefacientes desde Colombia a este país.

Alias Pedro Orejas hacía parte del llamado Clan Rincón junto con sus hermanos Omar y Gilberto y su cuñado Horacio Triana. Es el grupo familiar que también fueron protagonistas de la declaración de la guerra a Víctor Carranza, por allá en la década de los 90. Se trata de una de las confrontaciones más sangrientas en Colombia.

Según las investigaciones obtenidas por la justicia norteamericana este ‘Clan Rincón’ se aprovechaba de las rutas mineras para mover la droga por el departamento de Boyacá y después sacarla a Centroamérica y por último a las calles de los Estados Unidos.

Lo más revelador de estas grabaciones es que alias Otoniel menciona quienes habrían sido sus socios en la declarada sangrienta hostilidad contra los poderosos esmeralderos, como la de perpetrar el asesinato de Luis Caicedo, más conocido como ‘don Lucho’, quien estuvo preso en los Estados Unidos. Sin embargo, cuando volvió, después de pagar su condena por narcotráfico, se topó con la muerte a manos de sicarios, la que ahora se sabe que fue ordenada por el máximo cabecilla del Clan del Golfo.

Cuenta alias Otoniel en su conversación telefónica que quien habría entregado información –de la rutina diaria y ubicación de Caicedo– habría sido su socio, Julio Lozano, a quien el capo nombra como ‘El Boyaco’.

Lozano, esmeraldero de guateque, Boyacá, también está vinculado con la investigación por los laboratorios de cocaína hallados en febrero de 2020 en la finca del exembajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente Alzate. Proceso conocido como ‘la Narcofinca’.

El exdiplomático es enlazado al expediente con las declaraciones que entregaron a la Fiscalía de Colombia Laureano Martínez y Gustavo Bejarano, mayordomos de la finca de Sanclemente. Lozano es mostrado de ser quién financió el montaje de la ‘cocina’ para el procesamiento de narcóticos y el trazado de las rutas para llevar la droga a España.

¿Todo esto a dónde lleva? A que las grabaciones servirán para abrir una nueva línea investigativa. Es que en ellas se escucha a alias Otoniel dando órdenes de matar a los ‘duros’ de las esmeraldas, a revelan que existía una macabra alianza entre su organización criminal y el extraditado Julio Lozano.

Redacción Unidad de Justicia

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