‘Las interceptaciones en el Búnker se hicieron bajo los protocolos del CTI de la Fiscalía y cuando las ordenaban los fiscales’

Así lo dijo el exfiscal Luis González León, delegado para la Seguridad Ciudadana,  a quién se le responsabiliza, además, de permitir la entrada a las salas de interceptaciones de policías y militares, lo que desmiente porque asegura que todo lo que hizo  fue ordenado por la Dirección del Cuerpo Técnico de Investigación.

JUSTICIA

Lunes, 29 de julio del 2019

El escandaloso mal manejo de las interceptaciones telefónicas, una de las herramientas claves de la Fiscalía para el desarrollo de  sensibles investigaciones, está a punto de llegar a uno de los picos más altos de su ebullición, y que pone en el ‘ojo del huracán’ a otros  altos funcionarios  del ente investigador.

El pasado jueves EL HOME NOTICIAS reveló otras de las irregularidades que salieron a relucir después de obtener copia de un oficio  de la Dirección Nacional de Fiscalías en el que se dice que a las llamadas Salas de Control Telemático del Departamento de Investigaciones Nacionales y Análisis Criminal (DNCTI) ingresaban uniformados de la Policía y del Ejército sin que estas personas tuviesen que ver con labores investigativas o de Policía Judicial.

De acuerdo con el documento esta anomalía se viene dando desde el 2016, ‘chuzadas’ ilegales por parte de funcionarios del Estado que aprovechaban las mismas  salas de la DNCTI para intervenir, sin una orden judicial,  líneas telefónicas.  De esto se concluye que no existe una red por fuera del estamento oficial involucrada en las ‘chuzadas’, que todo se hacía desde adentro del búnker, un escándalo que cada día  tiene nuevos remanentes.

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Con este oficio  la Dirección Nacional de Fiscalías considera inadmisible que a las salas de interceptaciones del búnker, un espacio restringido, se permitiese el ingreso de policías y militares.

El oficio muestra que desde hace tres años los policías y militares  realizaban operaciones encubiertas bajo las órdenes de altos oficiales: “No es admisible que estos ingresen a las Salas de Interceptaciones de Comunicaciones y realicen labores de escucha, monitoreo y análisis”, al final de la jornada rendían informes a sus superiores jerárquicos.

Además, deja ver que la entrada de los visitantes distintos a los agentes del CTI  fueron autorizados por el director del  Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), el general (r)  Luis Alberto Pérez Alvarán.

En los recientes escándalos se habla de que  en el primer piso del búnker existía una supuesta sala  ‘fantasma’ de interceptaciones telefónicas,  que esta estaría bajo la directriz del exfiscal  Luis González  León, quien se desempeñó como delegado para la Seguridad Ciudadana de la Fiscalía.

El HOME NOTICIAS contactó a González León y explicó a este medio que no existía una sala paralela, en la que se hubiesen realizados actividades sin una directriz institucional.

“Nunca existió una sala ‘fantasma’, porque todo se hacía en la misma ‘Sala Granate’, y la presencia ahí fue visible, conocida por todos los servidores de la Fiscalía, nunca se ocultó a nadie”, dijo el exfiscal González.

‘La Granate’, así es llamada la sala más grande para el monitoreo y escucha de comunicaciones, perteneciente a la Dirección Nacional del CTI, al mando del general (r)  Pérez Alvarán.

Explicó González León que la entrada de él y sus hombres a esta sala de interceptaciones fue algo coordinado con el CTI.

“Nos dio (Pérez Alvarán) un espacio para las interceptaciones en una sala y nos exigió unos protocolos a seguir y los seguimos a ‘raja tabla’. Nada ilegal hicimos (…) Cada una de las interceptaciones fueron ordenadas por fiscales en su autonomía, dentro de los procesos a su cargo y con los motivos fundados”, agregó González.

Expuso que los espacios que se utilizaron fueron ordenados por el CTI,  qué en ningún momento se creó una sala paralela,  que desde allí se coordinaron duros golpes a bandas criminales, que fueron después presentados a la opinión pública como positiva operación institucional.

“En especial contra el tráfico de estupefacientes en los alrededores de las universidades Javeriana y de Los Andes. Otros de corrupción judicial y los de contratación pública”.

Por último para González el estar allí en esa sala les permitió una rápida reacción al momento de realizar operaciones  de gran impacto social.

“Nos garantizó poder monitorear en tiempo real las escuchas para reaccionar oportunamente, y eso nos dio mayor eficacia en las investigaciones. Pudimos cubrir reuniones que los delincuentes acordaron a través de una llamada”.

Agregó que apenas se conocía el número del celular de alguien objeto de una investigación primero solicitaban la orden a los fiscales que tenían a su cargo los procesos, todo se hacía contra el tiempo y dentro del marco legal.

“Lo que no era viable si se dejaba las interceptaciones a cargo de investigadores con cargas de líneas que no podían en tiempo real  escucharlas. Ellos escuchan las llamadas días después y cuando lo hacen ya no hay reacción. Así se podía actuar rápido y se obtenían mejores evidencias”, puntualizó González León.

Redacción Justicia

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