En La Picota denuncian nuevos atropellos y abusos de miembros de la guardia a cargo del Pabellón de Alta seguridad

Privados de la libertad aseguran que tres guardianes, al mando de un teniente, entran a las celdas a cualquier hora de la noche, les destruyen sus objetos personales, les riegan los alimentos y hasta les tiran por el piso la ropa. Ante esto la dirección del penal no actúa. Relatan un caso reciente.

JUSTICIA

Miércoles 21 de noviembre del 2018

Con fotografías y hasta con un video, captados por miembros de la Policía Judicial de la Cárcel la Picota en Bogotá, los presos buscan llamar la atención de las autoridades ante lo que aseguran se trata de un “nuevo atropello a sus derechos de algunos miembros de la guardia”.

En un documento enviado a la Defensoría del Pueblo y a la Procuraduría los internos del Pabellón de Alta Seguridad (PAS) denuncian un hecho irregular que ocurrió el pasado 15 de noviembre en horas de la noche.

Aseguran que tres guardianes al mando de un teniente de nombre Ángelo René Rubiano Benavides a las 8:00 p.m. destruyó sus pertenencias, sin una explicación de sus actos: “Les rompieron las colchonetas, lanzaron los refrescos y alimentos a la ropa para dañarla, rompieron los libros y hasta regaron por el piso las lociones y elementos de aseo”.

Este nuevo atropello, dicen los privados de la libertad del PAS, se comete pasando por encima de una sentencia de la Corte Constitucional que establece que no se deben realizar operativos o requisas en horas de la noche, por respeto al derecho al descanso de los internos.

Siendo, precisan los afectados, que no hubo ningún decomiso o el hallazgo de algún elemento prohibido. Es decir, que el episodio ocurrió sin aún tenerse una explicación.

Todo empezó, relatan los denunciantes, con la llegada a esa hora de un dragoneante de apellido Giraldo a la puerta de la celda 37 del PAS B.

“Al observarlo le preguntamos qué si había algún problema o si pasaba algo y es cuando este funcionario comenzó a gritar, que teníamos que formar. Se le manifestó que varios estaban durmiendo, que ya nos habían contado.  Sin embargo, él insistió que teníamos que levantarnos y formar, como si esto fuera una Escuela Militar, violando así nuestro descanso”, cuentan en su denuncia.

Aseguran que pasados unos 10 minutos llegó al lugar el teniente Rubiano Benavides en compañía del Inspector de turno y empezó a darle patadas a la puerta, sin importar que muchos ya descansaban.

“Gritó que teníamos que levantarnos para una requisa. Se le preguntó al señor teniente Rubiano qué cuál era el motivo de esa requisa y nos dice ‘que porque él quiere y se le da la gana’”.

En la denuncia aseveran que se desaparecieron tarjetas para realizar llamadas telefónicas desde los teléfonos públicos, con Pines estimados en 250.000 pesos.

Continúan en el relato: “De inmediato cuando terminaron las requisas solicitamos que el guardián de la Policía Judicial le tomara fotos y les hiciera un video a la celda para que quedara registro de cómo nos dejaron nuestras cosas, todas destruidas. Como si fuera poco, un guardián de apellido Giraldo de forma burlesca nos dice que ya ellos estaban en otro operativo, qué más tarde regresaban”, manifiestan los denunciantes.

Uno de los afectados le aseguró al HOME NOTICIAS que este tipo de atropellos y abusos, por fuera de los límites de horario y consecuencias,  tienen de fondo intereses corruptos.

“Pedimos que las autoridades nos hagan una entrevista, para que conozcan la realidad de todo esto, que aquí nada es gratis, que estas son maneras de presionar para conseguir algo a cambio”.

Los internos afectados quisieron,  denunciar ante la dirección de La Picota lo sucedido, no obstante, nadie les prestó atención, que solo hasta el día siguiente, el 16 noviembre, en horas de la tarde, con la llegada de sus abogados, fue que los escucharon en presencia de miembros de la Policía Judicial del Inpec.

Redacción Justicia

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