Se oficializó el nombramiento del general Norberto Mujica como director del Inpec

Llega a apagar el ‘incendio’ que dejó la excongresista Aida Merlano, quien se burló de la seguridad del organismo al escaparse en medio de una cita odontológica. Es el quinto director en 10 años de un organismo permeado por escándalos por corrupción. Mujica fue asignado a esta nada envidiable responsabilidad por el presidente Iván Duque.

JUSTICIA

Lunes, 2 de noviembre del 2019

Este lunes se hizo efectivo el nombramiento del brigadier general de la Policía, Norberto Mujica Jaime, como nuevo director del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec), ante una designación que hizo el presidente Iván Duque de cara a la difícil situación que afronta el organismo por los recientes escándalos.

Su posesión se formalizó este lunes en el despacho de la Ministra de Justicia y del Derecho, Margarita Cabello. Esta asignación al frente del Inpec ocurre dos meses después de interinidad en el cargo por la cinematográfica fuga al norte de Bogotá de la excongresista Aida Merlano Rebolledo.

Mencionemos que la escapada de Merlano apremió la salida del entonces director del Instituto, el mayor general William Ernesto Ruiz Garzón por supuestamente haber autorizado la salida de Merlano a una cita odontológica, a un diseño de sonrisa. Sin embargo, el oficial desmintió el señalamiento, asegurando que había sido una decisión autónoma de la directora de la Cárcel del Buen Pastor, Diana Muñoz.

Después de todo este, por demás,  vergonzoso episodio el Inpec vuelve a tener en propiedad a un nuevo director, lo que significa que es el quinto en menos de 10 años.

Mujica Jaime es un alto oficial de la Policía que viene de desempeñarse como comandante de la Regional 2 de la Policía, responsable de la seguridad ciudadana de los departamentos Tolima, Caquetá y Putumayo.

 

 Ser el director del Inpec no es de los cargos tan apetecidos dentro de la carrera policial, hay quienes le califican de ser un verdadero ‘chicharron’, debido a los múltiples problemas que hay que confrontar, entre estos la falta de control administrativo, sobre todo en varias cárceles por el hacinamiento,  escases de guardianes en los centros de reclusión del país y el manejo político de más de 80 sindicatos.

Mujica llega en uno de los tiempos dificultosos, porque todavía sigue vigente en la mente de los colombianos la escapada por la ventana de un tercer piso, aferrada a una cuerda, ridiculizando a dos funcionarios del Inpec que estaban al cuidado de la reclusa, de Aida Merlano. Este impacto negativo ha generado un aumento en la falta de credibilidad de la administración carcelaria, se grita a los cuatro vientos que el Instituto Carcelario está permeado por la corrupción.

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Muchos –se podría decir que la mayoría– le califican a Mujica como un buen oficial, con demostrada preparación, pero también hay otros que afirman que tiene su ‘lunar’. Lo señalan de ser parte del componente causante de situaciones amargas al interior de la Policía, de ser de los oficiales que escuchan desde afuera la voz del cuestionado general (r) Óscar Naranjo Trujillo. Para los que conocen por dentro la institucionalidad saben que allá existen marcadas ambiciones de poder, de los que acosta de la desestabilidad quieren llegar al más alto cargo.

Sin embargo, es el mismo Mujica quien con sus decisiones y buenas intenciones consiga cambiar esa baja percepción de sus pares que le asedia.

De acuerdo con el comunicado de prensa que publicó el Inpec se cuenta, de su hoja de vida,  que también  estuvo vinculado por 13 años a la Dijín y 7 en la Dirección de Inteligencia Policial (Dipol), de jefe del área de Operaciones de Inteligencia. Fue también el subdirector de Antinarcóticos, director de la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander.

Redacción Justicia

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