‘La ministra de Educación sepultó el futuro de la Universidad Autónoma del Caribe’

En nuestra columna de opinión concedida a los lectores un empleado de la entidad nos escribe una nota haciendo un recorrido por el pasado, presente y futuro, calificándola como “tragedia épica” de la institución. Además, en ella  señala a la ministra de Educación, Yaneth Giha, de ‘sepultar’ ese futuro.

Los lectores escriben

El HOME NOTICIAS recibió una carta, un escrito con la cualidad de columna, de un barranquillero, quien dijo ser un funcionario de la Universidad Autónoma del Caribe.

En el mensaje esta persona, de quien nos reservamos su identidad por petición propia, nos hace un repaso de la situación de la institución educativa, una de las más prestigiosas del país.

El funcionario señala en su nota a la ministra de Educación,  Yaneth Giha Tovar, de ser la responsable del actual estado, por demás difícil, por el que cruza la Uniautónoma. Aquí el texto completo:

La Sepulturera☠

“Juan Manuel Santos fue objeto de muchos chistes propios de la agudeza del humor bogotano cuando en el gobierno de Samper recibió un ministerio y entregó dos. Hoy de Presidente, siendo la educación uno de los lunares más protuberantes de su gobierno, pasará a la historia no solo por su controvertido Nobel sin Paz, sino por haber logrado de la mano de su ministra Janeth Giha lo que una década de atrocidades de la hoy condenada Silvia Gette no logró, enterrar el futuro de la Universidad Autónoma del Caribe.

Aun sabiendo el trasfondo político, el justo renombre de ‘sepulturera’, ganado por la ministra Giha es más propio de una tragedia épica que anécdota de política.

El pasado mes de mayo se cumplieron diez meses del pedido que hiciera la universidad al MEN para que acompañara el proceso de reestructuración financiera, que para la época había generado un atraso de dos meses de salarios.

Luego de innumerables titulares de prensa, denuncias de supuestos malos manejos que ayudaron a pasar rápidamente los titulares de los escándalos de Obredecht, Reficar y Roberto Prieto; luego de tres rectores, una inspectora in situ y un semestre académico prácticamente desperdiciado entre tomas y protestas sindicales, hoy el atraso ya no es de dos, sino de cinco meses con docentes y catedráticos, la seguridad social continúa atrasada y obvio, el taxímetro de salarios caídos por prestaciones sociales y deudas a proveedores acrecentándose.

Hablábamos de tragedia épica por el triste final que tiene hoy a la Autónoma sin norte definido, en medio del desgobierno y víctima de la rapiña y la lujuria de los grupos políticos locales en Barranquilla.

Una universidad que supo en escasos cinco años sobreponerse al paramilitarismo y alcanzar logros en otrora impensables en investigación, docencia y extensión que la tuvieron ad-portas de la acreditación institucional en alta calidad, hoy termina sepultada y condenada en el mejor de los casos a ser una universidad marginal.

De nada sirvió la tardía aplicación de los mecanismos de salvamento solicitados por la universidad desde finales del 2017 para liberar los recursos congelados en las fiducias y capturados por embargos inmisericordes. La tragedia fue advertida, incluso con la presencia física pero omisiva de los funcionarios del MEN en la universidad, quienes entre incontables visitas, comisiones e informes inútiles, no hicieron sino aplazar injustificadamente la aplicación de las medidas en su momento solicitadas por la institución y que hubieran evitado el caos sobreviniente.

Curioso que una ministra barranquillera, pero de esa Barranquilla para la que en su imaginario la única universidad que existe es la muy respetable Universidad del Norte, haya perdido la oportunidad de pasar a la historia y darle un aliciente a este desgastado gobierno el 7 de Agosto cerrando con broche de oro el proceso de reconstrucción de una universidad que hace cinco años se consideraba inviable, y que un lustro después supo reinventarse sola.

Pero no, el bocado era demasiado apetitoso para que lo dejara pasar incólume la política local en la que se mueve como pez en el agua la ministra Giha, quien en la noche se acuesta como ‘alfil’ del partido de la U y al día siguiente se despierta como ‘peón’ de Cambio Radical.

Llegaron y pasaron las elecciones y la ministra seguramente realizó el mandado, pero que doloroso que sea como ‘enterradora’ de los sueños y aspiraciones de 12 mil estudiantes que apenas hasta el año pasado se sentían miembros de un claustro de calidad, no así como hoy, de un trofeo electoral».

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